Buenas tardes, PAZ!

En este día especial queremos honrar a las victimas del ataque terrorista en Barcelona. Fue un choque enorme para mi ver la sangre derramada en un lugar en el que acostumbro a ver felicidad y rosas el día de Sant Jordi. Durante los 12 día después de la tragedia fui muy a menudo a las  Ramblas y permanecí en una esquina diciendo “Buenos días Paz” en mi mente, enfocando desde mi corazón, imaginando pura luz blanca brillante llegando de todos lados, llenándolo todo con su pureza. Esta es la divina luz blanca en la que se pueden disolver todos los problemas que vemos hoy en la Tierra. Después del ataque terrorista y la violencia, me imaginé como la falta de equilibrio se desvanecía en la luz blanca. Continué viendo una luz dorada representando la conciencia, y sentí a todas las personas de la tierra acompañando a las víctimas inocentes y dejándolas ir en paz.  Imaginé que el nivel de conciencia de todo el planeta aumentaba, sentía las plegarias y el cuidado enorme para todas las personas heridas o muertas, y también para las personas viviendo con miedo, y di gracias al Universo repitiendo: “Paz en la Tierra, paz en Barcelona, paz en Cambrils” – esta es la primera y última vez – estamos a salvo, segur@s y protegid@s”.

Ahora, cuando me despierto cada mañana, veo que la Barcelona donde he vivido estos 30 años ha cambiado. Estoy haciendo una reflexión sobre la forma en que nuestra percepción de los acontecimientos puede ser tan diferente. Gente distinta ve el mismo incidente desde perspectivas distintas y lo viven de forma diferente.  Yo vengo de la India, y me puedo imaginar un ejemplo. El porteador que levanta equipajes pesados en el tren o en la estación de autobús, puede tener un diálogo consigo mismo que diga: “¿Porqué la gente lleva equipajes tan pesados?” y cada vez está más  enfadado.  Y al mismo tiempo un levantador de pesos pesados  está cada día más fuerte y se dice a si mismo: “mis músculos cada vez están mejor y me siento bien”.

El porteador que siente el sudor resbalar por su cuerpo piensa que está trabajando como un burro y se siente mal y el levantador de pesos ve el sudor como una cosa positiva, y cada gota cuenta. “Mientras sudo estoy incrementando mi resistencia, mañana sudaré más y eliminaré más toxinas”, y se siente feliz.  Se trata del mismo peso, pero dos personas distintas piensan en ello desde dos perspectivas diferentes.

Otro ejemplo sería el de Ravi, un niño cuyos zapatos estaban gastados y rotos y que muy enfadado me pidió unos zapatos nuevos. En aquel tiempo yo no los podía pagar y con mucha calma le llevé a un templo vecino donde se encontraba un joven  sin piernas que se ganaba algunas monedas cuidando de los zapatos de la gente que visitaban el templo. Le dije a Ravi, “tu estabas enfadado conmigo porque tus zapatos están viejos, pero mira a este chico y da gracias a Dios que te ha dado un cuerpo saludable con piernas y pies fuertes”. Algunos años más tarde cuando tenía 18 años me acompañó al aeropuerto para despedirme. Me di cuenta de que llevaba zapatos viejos y gastados, y le pregunté porqué no me lo había dicho y le hubiera comprado unos nuevos. “Estoy feliz de que Dios me ha bendecido con un cuerpo sano, los zapatos son secundarios! ¿Te acuerdas mami que tu me dijiste esto cuando era pequeño?  Yo de li un abrazo y le di las gracias y cuando llegué a Mumbai le compré dos pares de buenos zapatos y se los envié.

Así es como percibimos las cosas. O bien luchamos por cosas que no tenemos, o damos las gracias por lo que tenemos. Es muy importante cuando nos encontramos en situaciones así hacernos preguntas positivas y empoderadoras. Para mí esto está bien pero para otra persona la otra situación puede ser buena. En lugar de poner etiquetas en la situación, aceptemos que cada uno o cada una  puede escoger lo que quiera porque nuestro objetivo es la conciencia colectiva, y lo que necesitamos es la paz. Necesitamos paz en nuestras vidas de cada día, y para conseguir este objetivo necesitamos sentir paz físicamente, mentalmente y emocionalmente y tenemos que reforzar este sentimiento y ampliarlo alrededor del planeta.

Hoy, el día del Deepawali, también representa a Ram matando el demonio Ravana. Para mí el mal está en cada una y en cada uno de nosotros. Las 10 cabezas de Ravana representan la oscuridad; los pensamientos negativos, el odio, el juzgar, la crítica, los celos, el guardar todo el enfado del pasado, la agresividad, el ego, y finalmente el destruir la felicidad de otros. En cierta manera destruimos nuestra propia paz y felicidad.

Cautividad

Yo siempre os digo a que acarreamos muchos incidentes que tuvieron lugar en el pasado. Los mantenemos en el presente durante muchos años, y en lugar de perdonar, nos castigamos a nosotros mismos y acabamos poniéndonos enfermos. Yo os puedo dar el ejemplo de un chico llamado Gopal que vino a mí cuando acabó el colegio y estaba preparado para ir a la universidad.  Le ayudamos a cursar los estudios superiores, y ahora finalmente tiene un título de ingeniero informático y las cosas le van realmente bien. A pesar de todo siempre está triste. Un día le dije que viniera y me explicase lo que le había pasado. El me dijo que cuando estaba en el colegio su padre murió en un pueblo de Chennapatna. Él fue al pueblo para el funeral de su padre, y luego volvió inmediatamente para tomar sus exámenes. A pesar de que había pasado esta tragedia, Gopal lo hizo muy bien en sus exámenes y sacó una nota del 96%. Aplicó a la escuela de medicina y fue admitido, y estaba tan contento que se fue corriendo al pueblo  a decírselo a su hermano. Cuando su hermano se enteró de la cantidad que tendría que pagar para la admisión en la escuela de medicina, él lo rehusó diciendo: ¿Dónde voy a conseguir el dinero?”

Gopal le dijo, “Yo te doy mi parte de la propiedad de mi padre y tu me das el dinero”. El hermano rehusó. Gopal intentó también pedirle al doctor que daba clases en la escuela que le diese un crédito especial y que él lo devolvería cuando tuviese su diploma, pero incluso el doctor rehusó ayudarle.  Su hermano le engañó haciéndole firmar un papel que le daba toda la herencia sin ser consciente de ello.

Gopal estaba realmente furioso con ellos y vino a pedirnos ayuda, nosotros hicimos todo lo que pudimos. Lo enviamos a la universidad pero no podíamos pagar la facultad de medicina, así que estudió informática. Cuando me explicó esta historia, dijo que cada noche al irse a la cama recordaba este incidente y lo revivía y se ponía enfadado y frustrado, incluso ahora que su hermano es tan pobre que le tiene que ayudar. Ayuda a su hermano pero todavía está muy enfadado. Cada día tiene que tomar pastillas para dormir.

Esto es lo mismo que nos pasa a nosotros cuando acarreamos nuestras heridas antiguas. Tenemos que decidir si queremos vivir como seres libres  o como prisioneros. Le dije a Gopal que él tenía que decidir si vivía cautivo de sus propios pensamientos o si quería liberarse de todo esto. Por descontado, se dio cuenta inmediatamente de que se había convertido en alguien muy negativo y frustrado y que estaba afectando su salud, su trabajo, todo en su vida, y decidió cambiar. Ahora es completamente diferente y ha empezado una nueva vida.

Creo que la conciencia es muy importante para todos nosotros, y que tenemos que matar nuestro propio mal o Ravana y destruir la negatividad, o nuestro diálogo interior negativo, y recordar que nuestro objetivo es dar la dirección adecuada al flujo de la mente, cuerpo, sentimientos y conciencia. Si esta energía positiva fluye alrededor del planeta, podemos bendecir al planeta y tener paz. Cada cosa negativa que sucede en el planeta puede ser parada. Lo único que requiere de nosotros es que nos salgamos del pensamiento “ilusorio”. Nosotros somos responsables de todo lo que sucede en esta tierra, todos los terremotos, catástrofes, hambrunas, el terrorismo… y tenemos el poder de cambiarlo.

Tenemos que pensar realmente en nuestro hermoso planeta y enviarle luz, amor, acción correcta, felicidad, alegría y paz. Esta llama en nuestro interior está brillando en este momento.

Gracias a todos y a todas. PAZ.

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